lunes, 24 de octubre de 2011

La madre (la mía)

Me sorprende volver a visitar La Fiebre y encontrar un tremendo incremento en el número de visitantes. No me preocupa porque desde que le conté a mi madre que tengo blog y le enseñé a buscarlo no ha querido parar de estar aquí, así que asumo que esas visitas vienen de ella. No escribo para ella curiosamente, pero sé que cuando me lee se ríe, se emociona y me hace sugerencias a su estilo. Así parecen ser todas las progenitoras: orgullosas hasta el fin de lo que alguna vez procrearon y parieron, así esos críos se tuerzan ligeramente en el camino.

Lo que me gusta de mi mamá es que cuando no entiende o no le gusta algo lo dice. Ella todavía cree que la unidad de proceso central de un computador no se llama CPU, sino EPS. Además, confunde 'comend deck' con stand-up comedy y sigue como si nada. Entonces cuando todos reímos saca su frase de batalla: "Eso, ríanse. Y usted, vaya y haga una comedia de eso, cuéntelo en un libreto o algo".

Es honesta y franca con sus correcciones y me lleva a quitarle un poco de veneno a los mil y un dardos que siempre adobo entre líneas, pues según ella "Usted no eres así, usted eres amoroso", o "Eso de chistoso no tiene nada. Vaya y haga que la gente se jale los pelos de la risa y ahí sí le creo". Me dice eso y me desarma, termino creyéndole porque ella es la persona que más me conoce, de hecho me conoce desde chiquito -es decir muy joven-. Mamá me ha ayudado a madurar mis rebeldías, a tomar conciencia de mis realidades y a dosificar mis impulsos.

Gran parte de lo que soy se lo debo a ella: me forzó a ir a una Iglesia alguna vez a que conociera a un Dios de coherencia, oró por mí cuando le pedía que me ayudara con la migraña, me cuidó a su estilo y me enseñó a oír radio de todo tipo. Fui creciendo y me quitó a más de una gata de encima, me pegó cuando me metí a la piscina sin permiso y me enseñó dos de las mejores cosas que uno puede tener en la vida: Persistencia y fe.

Doña Nancy no es una madre promedio de esas que reciben a los hijos con pie de manzana en la ventana, o que dobla y plancha la ropa con un look rockabilly; ella es aquella madre que sin perder su rol ha sabido llorar ante nosotros y confesarnos mil veces que aunque ha querido tirar la toalla, no lo hará porque uno en la vida debe esforzarse y creer en que Dios hará algo. Hace las cosas a su estilo y nos ha enseñado a permanecer, a enfocarnos en lo que permanece y desde allí cultivar y echar raíces -obviamente permamentes también-.

Eso me ha hecho pensar en mi futura vida matrimonial. Tal vez por eso todavía no he hecho mucho por tenerla, pues tengo claro que el día que me case será una sola vez y para siempre, buscando que cuando esté en el altar mi madre me vea, guiñe su ojo y apruebe la decisión que estoy tomando de casarme con una mujer que no es ella.

Creo que eso es lo que espero de la mujer que acepte casarse conmigo. No que sea como mi mamá -porque qué mamera-, pero sí que sea capaz de gritarme los defectos y errores en la cara, que sea detallista, que le guste reírse -porque eso sí se le garantiza-, que le guste la música y que ame a Dios mucho más que lo que podrá llegarme a amar. Eso será una prenda de garantía que me confirmará que aparte de ser persistente y estar conmigo en las buenas y en las malas, me permitirá poner las letras para que ella componga la música.


Twitter: @benditoavila

1 comentario:

  1. De pasada por fecebook y entre revisar aquí y revisar allá, encontré el link del blog, me causo curiosidad el titulo del día……..fue sorprendente ver el detalle con el que escribes, la espontaneidad de tus palabras, la sinceridad de tus verdades y como logras atrapar con tus historias asombrosas (como le llamo yo a las vivencias que cada uno tiene y comparte).
    Te felicito y te admiro, ya no en el roll de oveja sino en el de una más de las personas a las que le has enseñado algo con lo cual puede aparte de agradar a ese Dios que seguimos, hacer maravillas y vivir desde la segunda milla, por lo tanto haciendo la diferencia.
    Acabas de contagiarme de algo que yo llamo MAMITIS aunque no necesariamente tiene que ser la meloseria con la mama, simplemente es mostrarnos cariñosos con ellas, expresarle cuanto las amamos y sobre todo saber reconocer las miles de virtudes con las que Dios las doto por encima de sus errores, la verraquera y la persistencia que solo ellas conservan hasta que están en la cúspide de sus vidas.
    Te doy gracias y nuevamente te felicito, yo no sé mucho de blogs, hasta hora me están enseñando a manejar ese tipo de cosas que apropósito son muy útiles, son una manera de comunicarnos, de compartir aquello que vivimos cada día y de hacer lo que hiciste hoy , contagiarme de lo bueno y de reír como siempre con tus apuntes que ni siquiera en el blog se te escapan ¡pero eso es lo que hace especial tus escritos!
    Mil bendiciones

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