martes, 28 de diciembre de 2010

PARAPAPÁ

Es tiempo de finalizar el año, y como todo medio de comunicación (o el que crea y quiera serlo) viene la temporada de vacaciones. La fiebre de las cabañas no se sumará a las fiestas colectivas ni a los recesos laborales no remunerados, pero sí se encargará de entregar contenidos parecidos a lo que habitualmente ha entregado.

Hoy les ofrecemos un delicioso refrito, un remake, un enlatado literario que ya ha sido publicado pero que por la época vale la pena recordar. Esta es mi forma de celebrar el año nuevo y de recordar que la otra semana hay un par de cumpleaños Ávila.

Suerte con esto.

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Cuando colgamos el teléfono, me mordí el labio. Otra vez adopté esa maña familiar que refleja preocupación y algo de ansiedad. Los Ávila somos ansiosos, impacientes, poco asertivos y muy acelerados. Eso lo he aprendido cuando me paro frente al espejo del Ávila que me ha heredado lo que tengo: mi Papá. Un héroe local que ha disfrazado de alegrías mis más profundas incertidumbres.

Recuerdo que en 1992 vivíamos en un barrio llamado Suba. Papá logró comprar a crédito un apartamento en Ciudadela Cafam, urbanización que prometía elevar la creciente población del sector. Efectivamente, ahora Suba es de los barrios más sobrepoblados de Bogotá, pero también es un lugar al que he vuelto como visitante que rememora sus hazañas en sepia.

En aquellos días observaba las transacciones de Papá y me sentía orgulloso, pues siempre que conquistaba algo nos llevaba a Mamá y a mí a celebrar por fuera del barrio. Los tres nos montábamos en el Renault 4 verde que mi Mamá llamaba Renecito y nos llevaba generalmente al norte de la ciudad a comer, a visitar a alguna de las abuelas o a simplemente aislarnos de nosotros mismos. En ese carro aprendí lo que significaba el día domingo de un hijo condenado al suplicio de un papá que trabajaba el día de reposo.

Sentarse a la mesa con Papá era asistir a una cátedra de la vida real y la cultura pop. Siempre informado de la actualidad noticiosa, Él me enseñó a escuchar noticias en radio, a comportarme en sociedad, a utilizar la palabra cálzate para darle la orden a alguien de que se ponga sus zapatos, a hacer malabares con las manos para deslumbrar a los comensales que aguardaran junto a mí. Papá me iluminó la senda del fútbol y me mostró que los Ávila le vamos a Millonarios gústele a quien le guste. Papá me enseñó a aplicarme el talco, a dormir sin calzoncillos y a buscar oportunidades donde nadie más las ve.

Papá me enseñó que las cometas necesitan pita para volar, que si quiero que se eleven debo correr y arrastrarlas en el aire para luego soltarlas con fuerza. Ahora entiendo por qué cuando me decía que dejara volar mi imaginación no solo se refería a la lúdica práctica Agostina. Él siempre ha sido un soñador incansable, luchador tenaz y estupendo narrador. Papá me enseñó que todo hombre debe saber hacer tres cosas para ser un verdadero hombre: bailar, nadar y conducir.

Cuando nos trasteamos al barrio Cedro Golf, ubicado en el norte bogotano que tanto visitábamos, jugábamos lucha libre como dos amigos que se divierten con frescura. Lo hacíamos después de que llegaba la luz, porque como en la época el Gobierno había implementado la medida del racionamiento, la luz se cortaba todas las tardes. De todas formas, Papá llegaba en la noche, tiempo en el que lo esperaba en la ventana con el balón azul bajo mi descalzo pie derecho. Cálzate hijo, cálzate me decía señalando el frío piso de la entrada. Era el pretexto para sumarle a la diversión pugilista nuestro código masculino: Millonarios gústele a quien le guste.

Julio Ramón Ribeyro, cuentista peruano, decía que uno tarde o temprano termina convirtiéndose en el padre de su padre. A Papá le llegó ese día en 2007 cuando su papá murió. Me decía que el dolor de la pérdida no era tan fuerte como el desconsuelo de haber malgastado el tiempo en vida de su viejo. Ese día lo vi triste, porque sabía que su Papá no estaría nunca más para aconsejarlo o para guiarlo. Papá no ha muerto, pero a veces siento que nuestra relación se parece a la del abuelo y él: casi se derrama como agua en flores de cementerio: se empoza, madura y hasta fermenta por la costumbre.

Cito nuevamente a Ribeyro, en palabras del cronista Diego Garzón: Las palabras que callamos eran las que deberíamos haber pronunciado. Los gestos que guardamos por pudor eran los que deberíamos haber cumplido. Los actos que nos parecieron triviales eran los que se esperaban de nosotros… Paguemos ahora las consecuencias. Como el tiempo perdido lo lloran los santos, sufro por creerme tan santo que pierdo el tiempo que me queda con Papá. Todavía sueño con el día en que compre mi carro, me case, me gradúe y hasta tenga mis hijos, no por mí, sino para tener la bendición de observarlo asintiendo cerca de mí.

Hace poco compartí con Papá en su carro. Me gusta verlo y oírlo cantar sus canciones favoritas: El patillero de Fruko y sus Tesos y Llorarás de Oscar D’ León, esta última pude verla en vivo en un concierto en Cali, donde lo tuve presente hasta el último acorde. Papá entona y afina su voz, algo que siempre le he admirado porque gracias a ella y su trabajo como animador de eventos, yo labré gran parte de mi vida profesional. Papá me enseñó a aplicar la filosofía que una vez aprendió de un Doctor apellidado Acuña: Más que la razón, una buena relación, que para mí no era más que dejársela montar en nombre de tener a todos contentos. Ahora entiendo que se refería a no discutir con gente testaruda que nunca iba a ceder en sus argumentos.

Ahora que colgamos el teléfono y me mordí el labio, mi boca supo a recuerdos, episodios melancólicos que me hacen pensar en Papá, en lo mucho que he aprendido y en lo mucho que me falta. Mis hermanos han crecido y ante la ausencia de Papá, imprimen sus miedos en mi imagen masculina, esperando que su hermano mayor les ofrezca una luz al final del túnel. Sé que Papá estaría orgulloso de mí si supiera que he seguido su ejemplo, su tezón y su firmeza para actuar; le gustaría saber que estoy conquistando el mundo como él me lo decía de niño, reiría con mis letras y lloraría con mis palabras.

Jaime Sabines le escribió a su padre un poema sobre el dolor de la pérdida y que para mí, refleja la preocupación de un hijo que, a la distancia, sostiene otra vez ese pedestre balón azul y aguarda junto a la ventana: Tú eres el tronco invulnerable y nosotros las ramas, / por eso es que este hachazo nos sacude. / Nunca frente a tu muerte nos paramos / a pensar en la muerte, / ni te hemos visto nunca sino como la fuerza y la alegría.


Junio 29 de 2010

viernes, 17 de diciembre de 2010

Chisgarabís en Narnia

Ayer vi Narnia 3. Como cristiano que se respete diría, me gustó el mensaje y la clara metáfora entre Jesús y Aslan. La verdad prefiero ir más allá y pensar en que todo producto audiovisual que se respete siempre se basará en la eterna lucha del bien con el mal. Pero ver una película en la que se está exaltando a Jesús por sobre todas las cosas es algo que merece ser destacado, porque Narnia es el Harry Potter de los cristianos, así como Harry Potter es el Narnia de los satanistas.

Carlton Cuse, guionista y productor de Lost, alguna vez reconoció que la Biblia había sido una de sus fuentes de inspiración, así como la propia construcción de los personajes, unas personas perdidas en su vida con las que todo el mundo se siente identificado. Suelo leer la Biblia a diario buscando conocer más a Dios, y he podido confirmar que la Biblia como construcción dramática funciona muy bien, por eso disfruto su lectura en la medida en que le quito el rótulo de prerrequisito para ser aceptado por él.

Narnia me llevó a pensar en lo finitos que somos, en lo probable que es ser atrapados por nuestros temores aún cuando creemos que ya los hemos vencido. Creo que cada ser humano merece tener su propia tierra prometida, cruzar la frontera y entrar al lugar al cual siempre ha pertenecido, pero también creo que eso no vendrá sin haber luchado por ello. Me impactó una frase de Reepicheep, el cándido ratón que lucha contra viento y marea (literalmente) a pesar de su corta estatura (literalmente). Me identifiqué con el personaje (literalmente), pero solo por lo rata. En fin, la frase fue: Extraordinary things are made for Extraordinary people, y personalmente me cambió la vida.

He aquí la canción con la que cierra la película, en la voz de Carrie Underwood:

There's a place out there for us,
more than just a prayer or anything you've ever dreamed of.
So if you feel like giving up cause you don't fit in down here,
fear is crashing in, close your eyes and take my hand.

We can be the kings and queens of anything if we believe.
It's written in the stars that shine above,
a world where you and I belong, where faith and love will keep us strong,
exactly who we are is just enough
there's a place for us, there's a place for us.

When the water meets the sky,
where your heart is free and hope comes back to life,
when these broken hands are whole again,
well will find what we've been waiting for,
we were made for so much more


Me despido emitiendo desde la tierra prometida, preparándome para viajar a Narnia con la certeza de no cruzar la ola todavía.

sábado, 11 de diciembre de 2010

¡Nanay cucas!

En 1989 Jerry Seinfeld y Larry David le propusieron a la NBC hacer una comedia televisiva sobre nada. Un riesgo evidente cuando lo que se busca al presentar un proyecto ante cualquier canal de televisión es que haya conflicto, que haya personajes antagónicos, mapa de ruta de las futuras acciones y hasta argumento. Una comedia sobre nada que cambió la historia de las comedias televisivas en el mundo, fruto del día a día de Jerry y sus amigos. Todo un hit.

Esta es una entrada sobre nada. No pretendo cambiar la historia ni de la televisión ni de los blogs ni de nada. Solo quiero escribir sobre nada y punto. Hoy no tengo nada qué decir, aunque siempre me creído que los que dicen no tener nada qué contar en realidad tienen mucho qué contar, solo que no saben cómo hacerlo. Yo hoy no sé qué contar ni qué decir, ni quiero esforzarme por encontrarle sentido a las palabras que salen de mis dedos.

Hoy cierro el ciclo radial. Termino labores en la emisora que me vio nacer, crecer y desarrollarme como comunicador melómano. Como todo cambio que sufro ya me lo sospechaba, ya había preparado el corazón y la cabeza para que entendieran que debía irme de esta casa que tanto amo y amaré siempre. He prometido seguir noventa y uno punto nuevemente conectado, pero el momento de la despedida siempre detona un río de recuerdos y emociones encontradas.

Recuerdo lo bueno y lo excelente, pero también lo malo y lo bochornoso. Generalmente no recuerdo nada, así que dejo que otros elaboren los estantes de mis memorias y sean ellos quienes determinen lo que sucedió. Lo que sí recuerdo bien es que aquí fui amado y respetado, y que también la embarré por estos pasillos. Generalmente no siento nada, pero hoy no quiero quedarme con nada adentro. Creo que este es el paso que no quería dar para no desvincularme del todo de la Universidad, tal vez porque después de hoy ya no soy más universitario (por fin oficialmente).

Ahora sí no tengo nada más qué decir.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Choachí Memories

La vida puede cambiar en un trayecto de Transmilenio. Uno puede subirse a cualquier estación queriendo ir a cualquier destino, pero el recorrido siempre arroja interesantes paradojas. El mes pasado estuve esperando la llamada ganadora y nunca llegó. Esta vez me tomó por sorpresa y casi no pude contestarla por estar con una mano agarrado al tubo para no caerme, y con la otra encima de la billetera para no perderla. Al final, logré gambetear la maleta y sincronizadamente sacar el celular del bolsillo mientras el expreso rojo giraba hacia la Avenida Suba.

Después de colgar pensé en los bebés. Ellos no se preocupan por nada más que comer, dormir, ver Discovery Kids y aprender las canciones de Doki, defecar y repetir el proceso varias veces. Ellos tienen la plena seguridad de que su papá o mamá van a socorrerlos en caso de ser necesario. Pensé en qué momento dejé de ser un bebé que depende de su papá y me hice un pseudo-comunicador social que busca trabajos y vive de las labores del freelance. Pensé en cuán bueno es estar de nuevo en casa y saber que la llamada millonaria me haría Rico al instante.

Arranqué a trabajar ayer mismo. El regreso al lugar de donde salí siempre es agradable: la gente recuerda muy bien que soy cristiano, que mis papás son separados, que me encantan las comedias y que todavía no tengo novia. Mis compañeros de oficina se alegraron al saber que me tenían de vuelta, ahora con más salario y más oportunidades de progresar. He vuelto con toda, pero dándome cuenta que el reto no es estar adentro sino mantenerse, pues hay muchos chulos esperando que el cañón me golpee para comerse mis residuos laborales.

Lo normal es volver a una oficina a cumplir horarios, a guardar la urbanidad de Carreño: saludar, dar la mano, mirar a los ojos, comer chiclets para que la halitosis no se note, en fin. Yo le sumaría no ser lamberico, respetar a las autoridades y guardar siempre mi lugar. Nada más fastidioso que alguien igualado e intenso, que se cree el mejor amigo de todos y además no se pierde la movida de un catre. Catre que me dan ganas de moler a nudillo a personajes así.

Como el propósito no es dejarme llevar por la ira asesina que me produce frecuentemente alguna parte de la humanidad, hoy vuelvo a mi raíces lámparas. Amor, control, respeto, paz, el p.a.r.c.e de Juanes nuevamente es mi bandera y el tropipop la mejor herencia que llevaré a mis futuros viajes de Colombia es Pasión. Procuraré divertirme mientras observo a la farándula criolla desfilar ante mis retinas.

De todas formas, estoy feliz de volver a casa.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Perropunk y Freelance!

Tras varios meses sin un trabajo digno (más que personajes esporádicos para cortometrajes universitarios), ahora ya tengo trabajo. Haré de freelance otra vez, elemento que parece perseguir a quien acaba de emanciparse de la academia. Uno podría salir con una sarta de incongruencias, maldecir y asesinar por no estar dentro de una gran cadena de medios, pero estoy feliz. Lucho por cultivar mi intelecto y no caer en adefesios como las entrevistas de Pacho Santos en RCN Radio.

Ahora trabajo en el futuro. Dedico mis días a navegar en Internet y a plagiar noticias para un portal de entretenimiento. No tengo computador propio así que me tocó trastear la laptop para no desentonar con los compañeros diseñadores y artistas con quienes comparto cubículo en la Avenida Suba. El blog se ha vuelto un almanaque Bristol, y me las he dado de chistoso hablando del Reinado y del Hell-o-win como cualquier pelandusco pudo haberlo hecho. Es como burlarse del gordo o del tarado, o como burlarse de Ricardo Arjona.

Como estoy en proceso de renovar material, trato de ocuparme en el trabajo, porque la verdad no he hecho un carajo. Me la paso revisando el correo, para luego darle F5 y ver si algo nuevo ha pasado tras 5 segundos de haber revisado. Quisiera desconectarme de las noticias, de la farándula y de las redes sociales pero tal parece que ahora voy a vivir de eso. Es ahí cuando reviso a mi olvidado hijo y pienso que no quisiera que le pasara lo que me pasa a mí: que mi propio padre se aleje y lloriquee porque mis hermanos y yo no le aplaudimos que tenga amante. Las cosas como son, señores.

Es decir, sigo siendo el mismo Perropunk que parece George Costanza, pero ahora en versión Freelance. Vengo a trabajar, saludo a todo el mundo como una manera de 'marcar tarjeta', pero en realidad no hago nada: me siento a escuchar música, imaginar cómo proteger la laptop de la gotera que tengo en mi sitio de trabajo, tirar risa en el chat de gmail y ver pasar las horas para poder irme a cocinar el almuerzo de mañana.

Me voy porque se vino la gotera.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Drag Queen

Terminando y emitiendo otro resumen semanal. Estuve recordando detenidamente por qué decidí embarcarme en este reto virtual de actualizar semanal (o quincenalmente) mi propio blog. Recordé que LA FIEBRE DE LAS CABAÑAS nació como ese hijo inesperado y poco planeado que abruma y hace pensar en el sentido de vivir. Este hijo me ha traído emociones de todo tipo y ha registrado secretos que a nadie le importan, pero aún así he decidido publicar.

De antemano agradezco a los 18 seguidores públicos y a los otros 2 secretos por dejarse permear de esta grosería, de esta cultura guayigol y punkera detrás de una santa fachada. Gracias por los primeras 600 visitas. Habrá premio para la visita Nº 666.

Lo habitual en épocas de Noviembre es escuchar "Noviembre sin ti", de Reik y por supuesto hablar de las reinas colombianas. Como nunca he entendido los reinados, me di a la tarea de apreciar la noche de elección y coronación de la Miss Venezuela, un evento que no pensé que le importara tanto a la hermana república bolivariana.

La tapa fue la apertura. De hecho, me pregunto por qué seguí viendo tremendo adefesio si desde el inicio cantaron y bailaron con trajes aparentemente diseñados por Chávez e inspirados en la Tigresa del Oriente Mal Romance, una cruda apropiación del éxito de Lady Gaga. Es tan ridículo como cuando algunas ONG's colombianas aprovecharon el Hell-o-win para apambicharse y armar su versión de Thriller. Ya ha sido un suplicio aguantar la música de la nueva Madonna en inglés (o en lo que quiera que cante), como para tener que soportar la traducción casi literal al español. Lo curioso de este evento fue ver la importancia cultural que tiene para ese país, pues que yo sepa nuestro reinado no tiene himno, no es el evento con más rating del mes respectivo ni mucho menos congrega a personalidades nacionales realmente importantes, como Chino y Nacho.

Aquí nos tocó ver cada año a Calero y Carolina Cruz diciendo las mismas pendejadas que decían Jorge Alfredo Vargas y Claudia Elena Vásquez en su época. Hemos tenido que soportar respuestas estúpidas de nuestras reinas y hasta invitados internacionales que creen estar visitando Bolivia. No quiero entrar en polémicas sobre los recursos que podrían emplearse mejor en la otra Cartagena: la que no sale en el reinado y la que actualmente padece el flagelo del invierno inesperado.

Creo que más allá del claro debate sobre la belleza y lo que significa ser mujer, necesitamos crítica y denuncia ante lo pobre de este certamen. Cuánto extraño aquella ocasión en que Martín de Francisco y Santiago Moure irrumpieron en el Reinado del 96' para hacer de las suyas, cuando Alberto Velilla (su títere de siempre) animaba al pueblo cartagenero a sabotear el evento por no tener escarapelas para entrar. Extraño ver a Cerdo regodearse en su suciedad y revolcarse en cuanta porquería hubiera en el piso de cuanta calle hubiera. Extraño el utilizar palabras como iguazo y chibchombia, mucho más porque por esa época tenía 8 años y era prohibido acceder a la televisión los martes a las 10:30 de la noche.

Les comparto ese coctel de vodka con agua bendita que fue La Tele, porque resume perfectamente cómo quisiera comportarme en caso de tener un carnet de prensa que me acreditara para cubrir ese aquelarre organizado por Don Rainmundo-inmundo, Rain man, Ray-ban, Ojos en recreo o como se llame ese ser que parece tener la sexualidad de Aquamán. Este 15 de noviembre me sentaré, como todos los años, a ver lo que den en el otro canal, pero acepto que haré zapping cuando sea el momento del desfile en traje de baño para ver a la Señorita Chinchiná*, que estudió conmigo Comunicación Social y que parece estar triunfando en nuestra amado y tan golpeado oficio, que de belleza lo tiene todo cuando uno está viviendo de ejercerlo.



http://www.youtube.com/watch?v=tU_CEbGHcWQ&feature=related (Parte 1)
http://www.youtube.com/watch?v=s9kffr26FBE&feature=related (Parte 2)
http://www.youtube.com/watch?v=BHo_a6gmKNI&feature=related (Parte 3)
http://www.youtube.com/watch?v=ejqNObTZC9A (Parte 4)




* Departamento cambiado para proteger la identidad de la concursante.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Hell-o-win

Ahora ya con cartón en mano, y después de contemplar distintos rumbos laborales (http://www.youtube.com/watch?v=Ll36eled5W8), he vuelto más punkero, más guayigol y más re-chimba que nunca.

Por fin pasó el día de las brujas. Se acabó esta convención social de todos los 31 de octubres y que últimamente ha mutado. Cuando era chiquito (más joven) siempre hice parte de la tropa infantil bogotana que acudía disfrazada a centros comerciales, salones comunales, tiendas, peluquerías y demás espacios a reclamar caramelos de manos de los anfitriones; allí aprendí a cantar y hasta actuar para ganarme unos cuantos dulces de más. Conocí las chispitas mariposas y me quemé más de una vez tratando de quemar a otros con aquella luz de bengala, que acompañada de la calabaza naranja de plástico y maquillaje improvisado completaban el triste combo de Hell-o-win.

De pequeño me disfracé de muchas cosas. Power Ranger, zorro, diablo (...), San José, lobo, ladrón, Flash, Batman, Ninja, Papá, señora de las cuatro décadas, rude boy, baterista de Maná, Riu el de Street Fighter. Nunca pude disfrazarme de Chapulín Colorado, pero todavía no muero.

Desde que tengo memoria he tenido problemas con los disfraces. Y no es que no me guste disfrazarme, de hecho es algo sumamente liberador y que todos deberíamos hacer alguna vez; lo que me sorprende es ver cómo la fiesta de brujas ha evolucionado hasta nuestros días. Siempre me he preguntado ¿cuándo se está disfrazado? porque no faltaba el que llegaba al colegio con uniforme regular y bromeaba jactancioso Estoy disfrazado de estudiante, o el que se empelotaba y gritaba orgulloso Hoy me vine de Adán. Este recurso lo implementaban hasta los mismos profesores, quienes nos obligaban a cantar la conocida fanfarria triki triki halloween, quiero dulces para mí, y si no me das, se te crece la nariz. Varios se negaron ante mi canción, entre los que recuerdo está Diego León Hoyos.

Esta cancioncita es perturbante y enfermiza. ¿Cómo es eso del triki triki? Mi mamá me decía que cantar eso era el equivalente a invocar al diablo pero en otro idioma. Nunca he comprobado esto, y como mi intención no es entrar en debates moralistas ni religiosos, solo resta comparar un villancico con esa tonada de octubre para deducir que el triki triki es un villancico demoniaco y que el hell-o-win es la navidad del mismo Lucifer. ¿Qué más señal de esto es ver a Jotamario disfrazado de Woody el baquero, o a la alcaldesa de Chapinero de novia, o al elenco de Día a día bailando Thriller?

Un disfraz bien hecho debe tener elementos creativos. Es por eso que he decidido emprender un exterminio de aquellos que ya han cumplido su ciclo en vida y deben relegarse solo a ser material de bodega. Por favor, el disfraz de diabla ya pasó de ser un clásico a ser un esperpento: de cada 10 chicas, 8 utilizan este disfraz refrito. Y de estas 8, 6 le heredan por lo menos los cachos a algún familiar*. La ratona, Alex el de La Naranja mecánica y hasta la misma prepago deben salir del mercado cuanto antes, para poder agonizar tranquilos en los estómagos de las polillas locales.(¿Una polilla tiene estómago?)

Las últimas tendencias en moda jalogüinera dictan que para la próxima temporada los mejores disfraces serán los que recalquen lo autóctono, lo corriente, lo creativo y lo propio del ser humano. Entonces nace la campaña para disfrazarse de inodoro, axila, tunel del carpo, universidad, esperanza y reinado nacional de belleza. Conceptos etéreos y difícilmente aplicables siempre son material de inspiración para humanos, mascotas y hasta carros. Disfrazaré entonces al bólido René de tortuga, para dármelas del chistoso.

Me impresiona ver que el halloween ahora es una fiesta de tres días. En mi época uno salía por el barrio a pedir dulces una tarde completa y ya, pero ahora no solo se piden dulces sino también se pide posada, comida y desayuno al otro día, como si no bastara con el hecho de tener que soportar los gotereros y sus amigos, pues para Hell-o-win se reúnen todos los Jackson 5, los 8 de Colombia, los 12 apóstoles y hasta los 300, todos dispuestos a saquear las alacenas y a fastidiar con sus coreografías.

Ahora resta esperar qué nos deparará el 2011 en cuanto a Hell-o-win se refiere. Mientras pienso en mi disfraz del otro año y espero el fin del mundo (Diciembre 21 de 2012), disfrutaré leyendo un libro de autoayuda en una hamaca paraguaya disfrazada de gafas de Malasia.






*Datos suministrados por el Centro Distrital de Consultoría para Ferias y Fiestas CEDICOFI.

jueves, 21 de octubre de 2010

Participo-anticipo

Como desconozco completamente los protocolos que se manejan en matrimonios, divorcios, funerales, confirmaciones y demás eventos sociales relevantes, he decicido compartir el mío, que tal vez sea relevante pero también irreversible. El martes 26 de octubre que viene recibiré el diploma de Comunicador social javeriano, algo que se veía venir y que he esperado por mucho tiempo (esto lo dice la familia de parte de papá, y la de mamá, y yo también). Es un privilegio ser el primer Ávila y el primer Rincón de mi generación en recibir algún título profesional.

Como no pienso hacer "Rumba de grado", ni "Foforrito rico en Andrés DC", ni nada de eso, he decidido seguir mi vida igual que cuando no tenía el cartón. Seguiré buscando la excelencia, confiando y confesando a bocajarro que creo fuertemente en Jesús, reflexionando sobre mi vida, haciendo radio musical y hablada, escuchando música, no yendo a fiestas, no bebiendo, viendo mucha televisión, escribiendo, riendome de la vida, amando a mi familia, actualizando el blog, soñando con cambiar el mundo, comunicando entre otras actividades. Ahora espero me paguen más (o me paguen) por hacer lo que siempre me ha gustado.

Quiero hacer público mi agradecimiento a cada uno de ustedes, porque sin querer queriendo, o queriendo serlo, han sido una parte vital de estos últimos cinco años de vida. Gracias por apadrinarme con sus palabras e ideas, bendecirme con sus presencias y enseñarme que más allá del diploma, las menciones, las notas y el icetex (deuda pública) está lo más importante: haber aprendido de todos y cada uno de ustedes.

Gracias a Dios por darnos buenas ideas y a ustedes por ser como son. Amigos, maestros, profesores, compañeros de trabajo, familiares y demás remoquetes en donde quepan. Bendiciones para todos.



Foto pronóstico del día del grado, compartiendo con algún javeriano.

lunes, 18 de octubre de 2010

Lista de regalos

El 26 de octubre recibiré mi primer diploma. He recibido varios pero este cobra valor especial porque luché muy duro para obtenerlo. Hice lo que me tocaba y hasta más para poder lograrlo. Uno estudia en el jardín y recibe consecuentemente el pequeño papel que lo acredita como Charliebrownista, otro cuando se acaba el colegio y se es un Tomasino, hombre de verdad. Diplomas que la plata y los contactos remedian y que a la postre vienen porque sí.

Eso son los diplomas: objetos inanimados que no deberían restringirse. Si nos detenemos a verlo a uno deberían darle diplomas cada rato. Propongo una fuerte comitiva de "endiplomamiento" de las causas nobles, como "Diploma a mejor zapping televisivo", "Diploma al mejor degustador en supermercados", o "Diploma al manejo más rudo, rápido y procaz de quejas y reclamos en emisoras universitarias". Podría competir fiel y alegremente para cualquiera de las menciones.

Es por eso que no he reparado en el diploma, sino que he decidido elaborar una lista de regalos, de todo lo que espero tras sostener el cartón javeriano. Cabe aclarar que tampoco pienso realizar ninguna fiesta o celebración de grado debido a mi carácter un tanto misántropo y neurótico cuando se me preguntan cosas como: ¿Y cuándo es la rumbita? Prefiero hacer participaciones (que tampoco sé para qué uno le participa de un grado a quien no ha participado en la vida académica o simplemente en la vida de uno).


-Una colección de los grandes éxitos de Hate a Greis.
-Una cuerda negra especial para sostener gafas Ray-Ban Wayfarer en el cuello.
-Dos porciones de avena helada.
-Un trabajo estable, digno y en porcelanicrón por si hay caídas no se magulle.
-Una sombrilla varonil.
-Dos yoyos o dos cocas, ojalá transparentes.
-Un juego de Super triumph, ojalá de motos japonesas.
-Algunos bonos de esos que dicen: Vale por un abrazo, o Bono canjeable por tu sueño.
-Una camiseta de The Beatles o de Batman, o de Los Cazafantasmas, o de Las tortugas ninja.
-Un LP de Chespirito, o de El Joe, o de alguna banda sonora vieja.
-Un libro cuyo título finalice con en el reconocido para dummies.
-Una foto autografiada de mi nuevo artista top(porque soy yo): Luisk de León y Alejo Martinez (http://www.youtube.com/watch?v=03EEHp-PyMw). Este fanatismo nace de buscar en YouTube mi nombre y encontrarme que él sí es el Luis Carlos que tanto han pedido en Melgar.
-Un vaso-pitillo con la cara de Pacheco o de Gloria Valencia.
-Algo de Nubeluz. Lo que sea.
-Un cinturón negro con chapa de luchador mexicano.
-Un lipstick de Justin Bieber.
-Un tarro pequeño de Piralvex, para heridas en la boca.
-Un diploma en el que me gane algo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Desperate Housekeeper

Hay días en que no sirve forzarse ni esforzarse. Ayer fue un día de esos. El encierro hace su parte y saca al Jack Torrance que creía ya no llevar dentro de mí, pero que con el pasar de los días detona oscuras pasiones y extraños dolores. Hoy soy el señor Burns: no les traigo paz ni amor, hoy traigo dolor, penumbra, incertidumbre. Hoy ya no soy yo.

Leo, cocino, limpio, leo, escribo. Una rutina que para muchas personas sería el paraíso pero que insisto en que no es tan chévere como parece. Las rutinas son una suerte de ocio predeterminado que desinfla la creatividad y me acerca a mi más profundo temor: que se me olvide pensar y reflexionar.

Ayer fue un día de raras rutinas. Después de mucho tiempo sin hacerlo, salí a una charla con tinte académico. A veces este tipo de ejercicios que para algunos son mamertos y para otros son rarófonos ayudan a encontrarse con un universo fuera de las seis paredes de una habitación cualquiera. Digo seis porque he intentado escapar por todas las aristas posibles a esto, que más que problema se ha vuelto una especie de suplicio prolongado: el desempleo.

Salgo a Transmilenio y veo caras, miles de caras. Algunas sonríen, otras no, pero a todas quisiera tratarlas como el tipo de la zancadilla. (http://www.youtube.com/watch?v=DikTCMcQSNc). De hecho, la estación en la que estuve era tan parecida que por mi envenenada mente caba-ñera tracé el camino para no hacerlo una ni dos ni tres, sino todas las veces posible. Hay que ver las caras de las personas cuando ven que alguien se enfrenta a su violencia interior, esa violencia que se cocina en toda la humanidad pero que son (o somos) pocos los que decidimos rastrear.

Recordé al Meursault de El extranjero. Quise matar árabes en la playa bogotana y así inyectarle adrenalina a lo crapulento del desempleo precoz. Lo curioso es que este tipo de sentimientos son apócrifos para alguien que profesa el amor al prójimo y el perdón como estilo de vida. Fue ahí cuando me sacudí la cabeza y entendí que Mr. Hyde no nace sino se hace en las ideas de quien le permite anidarse.

Si hoy ya no soy yo, ayer casi soy otro. Estuve en una charla de literatura y rock que disfruté con agrado. Fui acompañado por partida doble, pues dos amigas cercanas que también denigran como yo de no tener empleo estable, se animaron ante la iniciativa. Disfruté escuchar de nuevo expresiones como corpus del texto, y algunas otras que cualquier literato utiliza cuando se refiere a la construcción de su obra. Me gusta salir y dejar que otros me resquebrajen la cabeza y me enseñen cómo ven el mundo, porque así entiendo de cuánto necesito la calle y los peatones que la invaden. No esperábamos que el Centro Comercial que visitamos estuviera en celebración de aniversario ni mucho menos que nos ofrecieran torta gratis. Acudimos gustosos.

Ya de llegada, acordamos comprar algo de comer para cocinar en casa, pues en estos tiempos preferimos cuidar el bolsillo y darnos lujos que no superen la cuota personal de amigo secreto de una empresa pequeña. Hay días en que no sirve forzarse ni esforzarse. Ayer fue un día de esos, mucho más cuando entramos y el gato de mi amiga estaba totalmente desvencijado y sin vigor en brazos de su compañera de habitación, quien con los ojos emparamados nos pedía ayuda y calma a la vez. La noche prometía ser larga.

Salimos presurosos a una veterinaria cerca, donde el amable doctor Paredes nos reportó que no era gato sino gata. He ahí el primer problema, el pobre animal ya estaba siendo levantado con un duro complejo de identidad agravado por mí, ya que desde que me lo presentaron le cambié el nombre: de Quino a Gizmo, por su mancha aparentemente calcada del tierno personaje de Los Gremlins. Así que ya no era ni Quino ni mucho menos Gizmo, ahora era una felina con un trauma craneal y bautizada por sugerencia del doctor como Mafalda. El parte no era favorable así que nos pidieron ir a esperar a casa.

Prendí el PC y curiosamente terminé buscando música de Hillsong, algo que no tenía nada que ver con literatura y rock, como para darles tranquilidad a las tres mujeres que alborotadamente se preocupaban, cada una a su estilo. Fue ahí que entendí eso de las raras rutinas rotas, porque este desperate housekeeper del barrio Cedritos ahora estaba en Niza 9 pidiéndole a Dios que hiciera su parte.

Fue gratificante quitarme el delantal de la mañana para ponerme la camisa por la noche, pasar de mano de obra en la cocina a ser alguien que realmente aporta algo. Hicimos lo que hacemos los cristianos: oramos, le pedimos que hiciera Su voluntad pero lo más importante, dimos gracias. Ahí entendí que mi actitud punkera de todo el día no había servido de nada hasta el momento en que pude levantar mis manos hacia el cielo y pensar en que Él tiene (y siempre ha tenido) el control de la vida de todos aquellos que se lo pedimos.

Paredes llamó, pero yo constesté. Efectivamente, Mafalfa falleció casi media hora después de que la dejamos, pero pocos minutos después de que se la entregamos a la soberanía de Dios. Fuimos por ella, nos despedimos y dejamos su cuerpo para que le dieran cristiana y felina sepultura. Nos limpiamos los zapatos y escuchamos Mutemath como para justificar la comida que ya habíamos comprado antes del deceso.

Ayer fue un día de raras rutinas rotas. Valió la pena salir tan solo por la gratitud de mis amigas, quienes me agradecieron por estar ahí. Revisé las monedas que me quedaban y salí al frío de la ciudad mientras en mi cabeza sonaba Mutemath de nuevo.
(http://www.youtube.com/watch?v=Cx42vYTpsto)

It's ok, It's ok
It's ok, It's ok
You've become my embrace
Just tell me it's ok

miércoles, 6 de octubre de 2010

Recomendaciones de lectura caba-ñera

Después de un respetable consejo de seguridad con mi comité asesor; integrado por Alejandro Villalobos, la Cicciolina, Ricardo Arjona, el Padre Chucho, Agmeth Escaf, Uribito, Íngrid Betancourt (a través de Skype debido al exilio) y el administrador del conjunto residencial en el que pernocto (quien se autoinvitó por prestar el salón comunal sin cobrarme finca), he decidido dar unas serias recomendaciones para disfrutar este delicioso coctel virtual, este entremés de letras letradas sacadas de donde se sacan las letras letradas: una letrina cualquiera. ¡NO SE ME ALEBRESTE, QUE SE LE VA A DAR BIEN MENUDO!

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1. No lo mezcle con radio cristiana. Por el amor de Dios, escuche música cristiana pero nunca radio cristiana, porque puede correr el riesgo de creer que diciendo bacano, sabrosito, rumbita santa y humillando a los que comparten la mesa de trabajo se confirma una radio de tanto nivel que merecería un espacio digno en el FM, porque sí se puede competir con la ñera. ¿Cómo harán radio de calidad si su propósito es calcar emisoras de esta calaña mental? Menos mal no escucho radio cristiana porque mi religión no me lo permite.


2. No utilice bebidas ni sustancias alucinógenas para rebajar el contenido. Recuerde que como las letras han sido extraídas de una letrina cualquiera no necesitan diluirse. Simplemente disfrute y no le crea a todo el que le dice que ese blog es re chévere mucho más con coca-cola, chamber o sardinas. Hay ciertos alimentos que podrían generar efectos secundarios si no se dan en porciones indicadas, así que sugerimos acompañarlo con un merengue apambichao y un mango porteño adobado y al ajillo de merluza.


3. Sírvase incluirse en el apelativo Los caba-ñeros, que no es más que una forma de llamar a los sórdidos lectores que nos visitan. No ofrezca dinero ni pretenda que se le cobre por acceder a tan prestigiosa sociedad secreta, que según la Revista Jetas del futuro competirá en algunas décadas con la cienciología por el dominio de las creencias de los famosos y postulará a los fundadores como grandes pensadores-escritores-conferencistas y motivadores católicos.


4. Mientras lee hágase la pregunta del millón: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Luego examínese las cutículas de sus dedos mientras sugiere cómo movilizar a los jóvenes para que lean libros así sea de manera virtual. Si está muy locochón, reflexione en el papel que ha ejecutado el dueto Pimpinela en la memoria colectiva de la tribu Masai y cómo la influencia de la AH1N1 en la política ha sido un invento jezabélico de Jim Morrison, quien comparte el anonimato en Islas Caimán con Elvis, Pablo Escobar y el payaso Bebé. Se dará cuenta de lo necesario que es luchar contra el desperdicio de leche de cabra y que la leche Klim es Milk al revés.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Milagros creativos

Nuevamente frente a las teclas. No toco el piano, sé lo básico, lo que cualquier cristiano (literalmente) tendría que saber para en medio de alguna reunión social poder improvisar la melodía del cumpleaños feliz. Estoy frente a las teclas negras y blancas de este teclado. Son negritas de fondo con letricas blancas, son rojitas son como el corazón, son rojitas las patillas del patillero.

Las frutas siempre me demuestran que Dios existe. Como mango y kiwi para comparar sus sabores, los mezclo y los combino para generar abrumantes reacciones en mi boca. Es interesante cuántas veces las frutas hacen que la propia forma de ver el día cambie: una fruta nos puede cambiar la cara con su acidez o su dulzura. En fin, hoy salí sin desayunar porque tenía afán. Tenía una importante cita qué cumplir y a la cual nunca me gusta llegar sobre el tiempo. En la mañana fui a orar a la Iglesia, porque sigo creyendo que Dios existe (aunque algunos cercanos lo duden y me lo hayan hecho saber).

Y sí que valió la pena, porque aunque la madrugada y la halitosis mañanera se convierten en razones de peso para no salir de la cama, siempre hay un buen galardón para quienes vencen (¿o vencemos?) esas excusas. Hace poco escuché un refrán bastante apropiado: Al que le van a dar torta le guardan. Y es cierto, aunque yo lo resumo en otro más callejero: Lo que es pa' uno es pa' uno. Hoy decidí salir a conquistar lo mío y me encontré con más de lo que esperaba. Hoy experimenté un milagro creativo.

De pequeño sufrí de displasia de cadera, una anomalía que se da cuando la cabeza del hueso del fémur y la cavidad de la pelvis donde éste se aloja no encajan de una forma correcta. Esto produce intenso dolor y por supuesto el suplicio de burlas, tropezones y demás risotadas burlonas debido al uso de botas ortopédicas y simuladores de cadera desde el jardín infantil hasta casi tercero de primaria. Esto no me traumatizó ni mucho menos, ya que como pude siempre me las arreglé para hacer valer mi honra y hacerme respetar como lo haría cualquier niño: a golpes y trancazos.

La displasia produjo que mi pierna derecha se acortara 0,6cm. Casi nadie sabía esto hasta hoy, aunque recuerdo muy bien que en unas vacaciones no me dejaron utilizar el tobogán porque era cojo. Obviamente no pude resolver el problema a mi estilo infantil y cruzado, pero sí recordé algo a lo que nunca le presté atención. En realidad no me afectaba, simplemente eran otros sujetos quienes lo notaban y me lo hacían saber con una pregunta parecida: ¿Por qué está cojo?. Yo resolvía el asunto argumentando que la maleta era muy pesada. Lo otro es que mis zapatos del pie izquierdo siempre se han gastado más que el derecho: el talón zurdo siempre fue el primero en enfrentar los tenis rotos, los aterrizajes inesperados, los pasos salseros y demás manifestaciones que los involucraban a ambos.

Cumplí la cita mañanera y de forma inesperada resulté en el sexto piso del nuevo edificio. Nunca imaginé llegar allá, por lo menos no por ahora, pero lo desconcertante fue ver que varias personas que admiro estaban congregadas en torno a lo que yo veía como gaje de la infancia. Ellos me hicieron ver que no tenía por qué resignarme a vivir caminando como Eulalio Arriaga si podía experimentar un milagro creativo, uno de varios. Acepté con la condición de no cerrar los ojos para poder verlo con los mismos, aunque habría preferido cerrarlos para no parecer poco espiritual.

La pierna derecha sufrió una elongación indesperada para mí, pero tangencialmente diseñada por Él. por eso sigo promulgando que Dios existe y es real, porque aunque en la actualidad no todo se vea sólido, él ha prometido seguirme dando mangos con kiwi, dándome la entrada a toboganes vacacionales y lo más importante, seguir contangiando mi ambiente con lo que más sabe hacer por mí: milagros creativos.

martes, 28 de septiembre de 2010

Bancamente

No tener empleo tiene sus ventajas. Ayer pasé la tarde como lo había querido cuando tenía trabajo. En aquellos días soñaba con un descanso prolongado en el que pudiera dedicarme a ver televisión toda la tarde, analizar la evolución de las parrillas colombianas y proponer cambios que se quedarían solamente en mi cabeza. Ayer liberé mis ideas mientras veía qué flojo es ver televisión nacional por las tardes.

Así que como buen colombiano, me fui a la ver televisión internacional. Me encanta ver Sitcoms, y me encanta ver Seinfeld. Vi un capítulo magistral (en realidad me dediqué a ver muchos), pero en uno que me marcó se reflexionaba sobre el tema del desempleo. George Constanza, ese héroe neurótico que tanto se parece a mi papá, encarna mi momento de vida. Si la gente supiera con cuánto esfuerzo el desempleado debe sustentar que ha buscado trabajo, si se le reconociera esto como un trabajo ya merecería vacaciones de desempleado. Y es verdad, porque la gente cree que no estar trabajando es quedarse sin hacer nada. Yo por ejemplo, me dediqué a alimentar a este hijo, el blog, que espero en algún punto tome atenta nota de este proceso de espera.

Uno debe dedicarse a otro tipo de cosas igualmente formativas: leer sobre Piedad Córdoba, cerrar las ventanas para que no se entre el chubasco bogotano, cerciorarse de que la comida y los baños estén (no limpios, simplemente que sigan existiendo), escuchar radio y enviar hojas de vida estratégicamente. Además de comprobar que la propia vida ya ofrece bastante tela para cortar en las páginas de alguna publicación.

El viernes tengo un matrimonio y decido precipitadamente probarme la pinta para la ocasión. Será Lluvia de sobres aunque yo propuse Lluvia de abrazos, porque ya me gasté la plata del regalo. Alguien me dijo que para ser algo simplemente tocaba creérselo, así que salgo de mi casa con la ropa de ejecutivo de cuenta, o de periodista, o de simplemente empleado. Me disfrazo con opulencia y con corbata.

Salgo a pagar las cuotas del crédito del Icetex (persignación y toque de madera al solo combinar esas letras) con los ahorros que me quedan. En el banco me asombra la figura de una cajera, no porque me guste, señor fisgón morbosón que lee esto, sino porque es poco usual que sean los clientes quienes la tratan por nombre propio: Rosita. El gordo de pesada papada hasta le pica el ojo mientras le entrega las cuentas de su nuevo negocio de flores, Rosita simplemente le desea lo mejor y le entrega los papeles debidamente procesados. Rosita no es vieja ni es joven, es cajera.

Rosita no me atiende, me atiende otro cajero. Pero no puedo evitar preguntarle por ella, porque "uno no ve eso en ningún lado: ¿Que los clientes sean quienes la tratan por nombre propio?". El cajero me dice que es porque lleva varios años allí y los vecinos ya la reconocen. Rosita se timbra al ver que hablamos de ella y acerca su cabeza a nuestra ventanilla: "Mucho gusto, soy Rosita". Ella parece un objeto de utilería de la sucursal bancaria, se nota que lleva años porque se mueve como pez en el agua en esa pecera de dinero. Yo la saludo y ella me ofrece un seguro de vida. Ahí entiendo por qué el banco parece una pecera: esas cajitas con su vidriecito esperan que uno muerda el anzuelo.

Solo por hoy valió la pena no tener empleo, porque conocí a Rosita y me di cuenta de cuánto me puedo parecer a Constanza si no empleo mi tiempo en algo de ejercicio físico. Además, espero que en el matrimonio del viernes pase algo que rompa la tibia cotidianidad de no salir de casa.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Nueva Admon. Siga ud

¡Enhorabuena!

Después de divagar por miles de oficios, tareas y ocupaciones laborales, he llegado a la que nunca esperé: desempleado. El prefijo des ya de entrada es despectivo, así que de ahora en adelante asumiré que estoy en un forzoso descanso, fruto de una tórrida vida laboral que ni siquiera ha empezado. Estoy en forzoso descanso mientras recibo el cartón que me otorga el título de Comunicador Social. Todavía no descubro de qué me va a servir.

Decidí plagiar las ideas de los famosos cuando están en forzoso descanso para hacer más amena esta jornada sabática: algunos se dedican a las obras humanitarias, otros más osados montan shows de stand-up comedy (creyendo ignorantemente que se llama así porque están parados) y otros tantos a escribir sus biografías atiborradas de sexo, drogas y reggaetón. Yo decidí abrir un Blog. Amén.

Se abre "La fiebre de las cabañas", en honor a ese trastorno psiquiátrico caracterizado por una percepción híbrida de la realidad y la fantasía. Todo producido por el asilamiento, porque ahora las hojas de vida no se entregan en físico sino todo por correo, entonces para qué salir. Lo curioso es que parte de los síntomas ya los padecía antes de que se me acabara el contrato laboral: ideación persecutoria, hostilidad, intransigencia y actitud beligerante. En realidad no estoy tan mal.

"LFDLC" nace el día en que muere el legendario guerrillero Víctor Suárez (a.k.a Jorge Briceño a.k.a Mono Jojoy). No pretendo hacer ninguna apología de esto, simplemente quiero destacar que me incomodó en sobremanera ver a un grupo de colombianos, de esos que viven al lado de mi casa y sacan a sus perros mientras usan la camiseta de Colombia soy yo (los perros, claro), reír y hasta abrazarse por la muerte del insurgente.

Llego a casa y encuentro comentarios en Facebook de gente cercana, de esos que viven al lado de mi casa y creen que Colombia es Pasión, celebrar el deceso y hasta amenazar a Chávez con frases como "Te llegó la hora, Hugo Rafael". Fue ahí cuando me pregunté: Si la adoración a Dios también es compasión por el otro, ¿Por qué debemos alegrarnos por un asesinato? ¿Bailar y celebrar sobre la tumba de un asesino no nos hace asesinos también? Aunque son muchos los que han lastimado este país, Dios sigue siendo el autor de la vida, quien la quita y la pone, así esto se les olvide.


Kame House, Septiembre 23 de 2010.