jueves, 6 de octubre de 2011

iProvidence

Si algo me aburrió de una posible carrera periodística fue ese afán desmesurado por la chiva, por ser el primero en publicar algo y luego alardear de inmediatez. Lo más jarto es que a muchos los forman con mentalidad lagarta y cepillera buscando que no sea su carácter investigativo el que les permite sobresalir, sino sus buenas relaciones y manejo de lobby. Yo, como no quiero lagartearles, ni cepillarles, ni mucho menos chiviarles, voy a darles una noticia que espero reciban con cara de sorpresa fake: Steve Jobs murió. (Pero hagan así, hagan así).

Si quieren profundizar sobre la vida, obra, hitos, innovaciones y demás datos cocteleros de interés -como el que dice que Jobs prácticamente se inventó el mouse de computador-, váyanse a leer algún periódico o a donde quieran. Yo no tengo la función de informarles, a mí me pagan -guiño guiño- es por hacerlos pensar y por rayarles la cabeza, oh amados caba-ñeros.

Todo aquel que tenga una idea creativa e invierta su vida completa en desarrollarla es digno de mi respeto. Jobs era visionario, quería cambiar el mundo desde la cotidianidad y no tuvo papá. O bueno, lo tuvo y luego este lo abandonó, cosa que lo hace parecido a mí. Es claro que muchos de ustedes ya habrán visto el discurso que pronunció en la Universidad de Stanford en el año 2005, y los que no aquí se los comparto. Eso sí, primero me leen y luego lo ven -perezosos sí no, por favor-.

La muerte de Jobs va de la mano con un concepto que he estado aprendiendo últimamente: la Providencia divina. Esa capacidad férrea -por aquello de la fe de hierro- de confiar y aprovechar todo lo vivido en función de algo más grande. Providencia divina es no quedarse llorando sobre la leche derramada porque uno no nació en cuna de oro o porque no tuvo papá -ajá- y empezar a ver que todo en la vida pasa por algo; además, es entender que detrás de ese propósito generalmente incomprendido en el presente, hay un futuro de avance y empuje.

Jobs dijo: "No se pueden unir los distintos puntos mirando para adelante; se pueden unir únicamente mirando hacia atrás. Así que deben confiar que de alguna manera los puntos se unirán en el futuro. Deben confiar en algo: sus agallas, el destino, la vida, el karma, lo que sea. Este enfoque no me ha traicionado nunca e hizo toda la diferencia en mi vida." Ya verán por qué Jobs dijo esto, pues además de haber sido dado en adopción, a los 17 años decidió dejar la Universidad porque le parecía aburrida. Así emplearía el tiempo en cursos libres de cosas inservibles y que no dan plata, como la mecanografía. Él no sabría que aprender de esta técnica le permitiría perfeccionar sus computadores más adelante.

Yo lo llamo Providencia divina, lo llamo Dios y lo llamo propósito. Me pone a pensar en las mil veces que me he quejado por algo y veo que al final de cuentas todo tiene sentido en el futuro. Por ejemplo, el trabajo que tengo fue producto de una mala decisión en la Universidad que me llevó a perder la práctica soñada en la radio. Ejemplos hay muchos pero no importan, porque finalmente no se trata de mí sino de la iProvidence, el gadget que siempre he cargado en el bolsillo y en el cuello.

Jobs lanza un poderoso consejo que si muero algún día -creo en la inmortalidad a mi modo-, me gustaría parafrasearle a mis seguidores: "No pierdan la fe (...). Deben encontrar lo que realmente les apasiona. Y esto es tan cierto respecto del trabajo como lo es respecto del amor (...) El único modo de realizar un gran trabajo es amar lo que uno hace. Si no lo han encontrado aún, sigan buscando. No se conformen. Así como sucede con todos los asuntos del corazón, sabrán cuando lo hayan encontrado. Y, así como sucede en cualquier gran relación, mejora más y más a medida que transcurren los años. Así que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se conformen"

Para mí, todo es cuestión de óptica, de fe y de buen pulso, además de siempre mantener una impecable mentalidad de principante.



Twitter: @benditoavila

1 comentario:

  1. Lo que me gusta de muchas de las entradas de este blog es que me siento identificada porque precisamente Dios viene enseñándome cosas frente a eso que escribe, o cosas que me han pasado y confirman que vamos por el camino correcto, que no importa que papá no haya estado, nuestro Padre tienen un propósito con nosotros, así les sucederá muchos lectores del blog, solo que tal vez prefieran hacer su reflexión solo para el interior, yo por mi parte aprovecho para decir que tal vez esa sea la razón por la que frecuente este blog por que cada acierto en el es dado por Dios y que bueno que así sea. Saludos.

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