viernes, 16 de diciembre de 2011

Colofón

Como toda empresa que se respete, hay un momento reflexivo en donde se hace el balance del año, se evalúan los ingresos y la relación de estos con los activos y pasivos. Como sea, esta empresa que es como un hijo, La Fiebre, no podía quedarse atrás ante tan digna costumbre oficinista. Así que consultando con la junta directiva y comité asesor -recordemos integrado por Agmeth Escaf, la Cicciolina, Alejandro Villalobos entre otros representativos adalides-, este lindo remedo de espacio punkero para dummies ha decidido recordar los mejores momentos del año que agoniza con el pasar de cada segundo.

Año que se respete en el calendario avilista, inicia como todo el Colombia: al revés. Aquí se celebra y convoca gente cuando todo el mundo está por fuera, pero no sobran los escenarios conmovedores y lindos ligados a los onomásticos. El 2011 prometía ser un año fructífero, pero no llegó a ser ni un sal de frutas, pues la efervescencia e hilaridad se fueron opacando con el paso de los días y como buen latinoamericano al que se le tocan las fibras amorososas, hay un momento de autorechazo en el que uno pide a gritos ser leído como grande, para darse cuenta que es esa particularidad la que lo tiene a uno en pedestales creativos que en realidad están hechos de arena blanda y placentera, como Digestar Jalea.

Este año hubo momentos oscuros, pero otros tantos más soñados e ilógicos que generalmente son los más cute para contar y a los que mejor les va en rating. Me trajo mucho placer encontrar historias en el tiempo y en los periódicos viejos, pues esos son rincones donde se alojan oraciones vertebradas que a nadie más parece importarle leer. Si uno escribe de rupturas y desahogos está pescando en río revuelto, pues queda comprobado, oh amados cabañeros y cabañeras, que lo que a ustedes les gusta es las historias donde Dios es el encargado del sorpresivo punto de giro, tal vez fue por eso que el lado oscuro de la fuerza hizo su coqueteo por esta zona de letras y letrinas.

En este 2011 se vivieron días de días, donde la música y todo lo que ella desarrolla en la vida personal tuvo su parte importante. Además, uno de los grandes me enseñó que la fe es algo que debo desarrollar a diario si quiero permanecer con los pies aplomados. Pero de un momento para otro y producto de una crónica reflexiva sobre el amor resulté siendo leído como una celebridad tuitera, cosa que me desajustó la cabeza y la verdad, alcanzó a inflar el ego -el champú para hombres-.

Tristemente me volví un bloggero asesino, un destripador de la diferencia que con carne entre los dientes agarró una Biblia como ballesta y acribilló a más de uno, creyendo que imitando el estilo de escritor maldito agarraría más adeptos, sin darse cuenta que debía haber un acto redentorio y menos autopromocionante, porque ya había mucho visionario suelto al que conocer antes de pararse como el Martín Lutero de la nueva era. Era hora de aterrizar antes de que el pecho se inflara como globo de día de Acción de gracias y terminara explotando e impregnando a todos los presentes con vísceras.

Este año fue el mejor y el peor al tiempo, en una extraña correlación de la muerte con la vida donde mi propia existencia tuvo que pasar por un crisol para purificarse y limar las propias asperezas existencialistas. Fue ahí cuando entendí que mi misión es dejar de buscar lo que otros tienen y más bien enfocarme en lo que tengo en mis manos, en mis dedos, mi voz y mi cabeza: descubrí que mis ideas deben ser decantadas si pretendo que este 2012 sea el año del vuelo y la caída libre.

En 2012, cumplo diez años de militar en el cristianismo, así que asumo que Dios mismo pondrá nuevo material, escenas nunca antes vistas y demás material inédito que daré a conocer después de las vacaciones. Me espera la aventura, la playa, algunos ciclos por cerrar y prometo como lo haría Terminator: Volveré, pero en versión 2012, listo para enfrentar a los mayas.


@benditoavila

2 comentarios:

  1. Esa es la clave: historias donde Dios es el encargado, historias que con nuestras propias historias ordinarias de perros, perras, (porque poseo una perra labradora) bueno no es mía, pero es como si lo fuera vive en casa de mamá, un hermano de sangre la sostiene, pero yo y mi hija la disfrutamos, A que voy: Dios uso esa perra para que dos hermanos el dueño y el que la cuida no pelearan más... En fin Dios usa a un perro como...

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  2. Estaba leyendo a Joyce Meyer y de repente me detuve en una parte del libro porque sentí escribirlo aquí, es mi deseo y oro por ello.
    "Que sea fortalecido en los buenos tiempos, para disfrutarlos y mantener una actitud correcta mientras duraren, y en los difíciles, para soportarlos y seguir manteniendo una actitud correcta a través de ellos"
    Mil bendiciones para el 2012.

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