martes, 13 de mayo de 2014

Gente rara

Hace unos meses di con una serie que marcó un hito en la televisión británica en los últimos años, llamada Misfits. Como siempre llego tarde a lo verdaderamente importante, la empecé a ver sin saber que en diciembre pasado llegó a su fin, así que procuro que nadie me cuente en qué terminó, porque para mí sigue en el presente.

Y permanece porque es la historia de un grupo de jóvenes incomprendidos, malandros e inadaptados que deben prestar servicio social a su comunidad, pero después de una tormenta eléctrica descubren que ahora cuentan con diferentes y extraños poderes, así como varias personas a su alrededor, lo cual los pondrá en riesgo. Recomendadísima, porque además de su atrapante historia, plantea un estado actual y mental de fondo: cómo lo diferente en grupo parece igual; cómo hay personas que nunca se han sentido parte del sistema social o cultural y viven a contrapelo con sus principios y valores, algo que les compromete hasta la vida.

Es natural que siempre nos cueste trabajo categorizar lo desconocido. Tal vez por eso este término, misfit, terminó acuñándose en sociedad para rotular a algo o alguien que no encaja, ni se ajusta, o se comporta diferente al molde. Es más fácil tachar de ‘raro’ o ‘freak’ a ese introvertido del salón que habla poco y anda con apariencia nerviosa, o juzgar de ‘frito’ a aquel que se relaciona con pocos, que es muy inteligente pero tiene tendencias depresivas y gustos particulares.


La entrada completa en la edición de Mayo de 2014 de la Revista Mallpocket 

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