lunes, 6 de enero de 2014

La ciudad que nunca duerme

Sin saberlo, me he preparado toda la vida para conocer Nueva York. Y estoy seguro de que no soy el único, porque ahora que lo pienso la cultura pop nos han entrenado para ello a casi todos los mortales que consumimos producto hollywoodense. En mi caso, desde que tengo memoria he sido fanático de Kevin McCallister, mejor conocido como Macaulay Culkin, y en el fondo siempre soñé escapar y recorrer esta ciudad en temporada invernal por mis propios medios. Aquí algo de lo digerido en los primeros días.

Lo primero es que el frío golpea duro, mucho más a un hijo de república tropical como yo. Por eso hay que traer gorro, bufanda y cobija (esa se consigue en el avión). En mi kit viajero siempre llevo una agenda de bolsillo en la que anoto las cosas que se me ocurren o llaman la atención, computador para escribir y también bajar fotos; obviamente pasaporte, audífonos y un libro para leer en caso de tener tiempo perdido en la sala de espera, que es casi siempre.

Estoy quedándome en Queens, uno de los 5 distritos metropolitanos de Nueva York. Justo a unas cuadras del hotel, me encontré con esta maravilla, un búnker audiovisual donde se han filmado películas como Gangs of New York, The Devil Wears Prada, When Harry Met Sally, Purple Rose of Cairo, et al. Ahora, Michael J. Fox graba su nueva comedia.

Pero como lo primero es lo primero y no lo segundo, era prioritario visitar Hillsong Church, ubicada en el Irving Plaza en pleno East Side. Los domingos tienen 6 reuniones, siendo la última a las 9pm. Así es el primer mundo, explotando el día de reposo como Dios manda.

 La fila alcanza a darle la vuelta a la manzana. Me sentí como en casa.

No es un metedero, es la casa de Dios. Irving Plaza es una suerte de auditorio con barra abierta y mezzanine modular que es alquilado semanalmente.

Hillsong NYC band. Suenan igual que los de Australia, Ucrania, Londres, et al. Los que me conocen saben que la música de Hillsong no me mata, pero en vivo se deja oír muy bien.

Así se ve desde arriba a los hipsters de Cristo. No es despectivo, en verdad es inspirador ver gente tan particular amando a Dios con todo lo que son y como son.

Pasando a temas más banales, he aquí Times Square en la calle 42, entre la 7ª y 8ª Avenida.

Sobre la Quinta Avenida hay de todo. Casi que recorre todo Manhattan. Aquí una joya de esas atrapabobos de Forever 21: una cámara proyecta a gran tamaño a los transeúntes. Pueden jugar a ¿dónde está Javier?, pero conmigo.

 El espíritu navideño recorriendo las calles, esta vez en forma de carro de bomberos.

Roy Lichtenstein fabricó el mural que decora la estación del subway de la calle 42 con Times Square. Lo instalaron en 2002 y lo conocí en 2013.

Este es el subway de la ruta 7, una de las primeras que inauguró el metro de Nueva York hace más de 100 años. Conecta Queens con Manhattan y del mismo modo en el sentido contrario.

Primero pensé que era una premonición, o que aquí leen la mente, pero resulta que es una publicidad de Venmo que está hasta en la sopa.

Clásica multiarena llenada por presentaciones de los grandes: Chespirito, Fruko y sus tesos, Joe Arroyo, et al.

A esta, la llamaré "El fin de la navidad".

Vamos a exteriores. Esta es un de las entradas de la parte East del Central Park, a la altura de la calle 86. Al fondo está la reserva natural Jackie Onassis.

Las ardillas son como los micos de un zoológico: demuestran ternura, se acercan amables y luego estiran la mano para pedir comida. Así debe ser un hijo.


Este es el Met, Metropolitan Museum of Art. Inevitable visitarlo, la entrada es sugerida y tiene mil cosas por conocer.

Los veteranos de guerra hacen su agosto en los carros de comida. Hay hasta 4 por cada esquina de la ciudad.

 Con los pies en la tierra. La foto cliché de mi era turista.

A unas pocas cuadras está el Guggenheim, museo donde se hizo una de las cosas más desquiciadas que he visto: el cremaster.

The St. Regis New York es un hotel de 229 habitaciones. Dicen que es famoso por su Bloody Mary, aunque no me consta. Lo que sí sé es que en 1972, aquí se grabaron algunas escenas de El Padrino II. Aquí una de mis favoritas.

Esta es la Central Presbiterian Church. Otro atractivo neoyorkino son sun increíbles templos religiosos.

La foto que no podía faltar. Conocí el amor, pero parece que él insiste en conocer a otros primero. La gente hace fila para tomarse esta foto en la escultura de Robert Indiana. Como dato curiosos, la O está inclinada porque el amor es imperfecto.

Casi me levantan a patadas por tomar esta foto, pero lo logré. Chicas, chicas, chicas y unas asiáticas.

No es la entrada al Moma, que se ve al fondo. Es la fila para comer en The Halal Guys, uno de los mejores carros de comida india de la ciudad. Hay muchos, pero este se los lleva a todos porque con 6 dólares uno puede comer feliz.

Otro clásico de la ciudad. La última temporada de America's Got Talent se hizo aquí.

Esta foto fue tomada al interior de los estudios de la NBC, en pleno Rockefeller Center. Por ahí me alcanzo a ver.

No es un barrido de cámara, ni mucho menos Photoshop. Es el viento que empieza a ser inclemente hasta con las banderas del Rockefeller Center, en una Nueva York donde cada vez baja más la temperatura.

Rockefeller Center y su clásico árbol decembrino. Aquí estuvo Kevin McCallister cuando fue encontrado por su madre, la de él.

Ahí detrás, está la Lego Store, una tienda para enloquecer a ñoños audiovisuales como yo. Para la muestra uno y hasta tres botones.

La cara de esta niña no es ni media de la que yo tenía, con la jeta abierta todo el tiempo.

Creo que fue uno de los letreros más bonitos que he leído. Inevitable entrar a la St. Patrick Cathedral.

Aquí el altar. La están reparando por fuera y parece un edificio con brackets.

Lo que los applelovers quisieran ver. El popular cubo de Apple, en la 5th Av con E 58st.

 Había tanta gente que no pude evitar entrar a ver qué estaban leyendo, o viendo, o haciendo.

Vaya sorpresa. Con esta me despido por ahora. Hay mucho por conocer.

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