viernes, 10 de agosto de 2012

Welcome to Hell-A

Lo malo de tener mentalidad de turista es que cualquier pendejada que uno no conozca ya es digna de foto. Tal vez por eso es que en estos recorridos he visto más cosas de las que pude siquiera llegar a pensar, y tal vez por eso tomé más de 4 000 fotos sin saber por qué. Uno va tomando fotos para llegar a mostrarlas como trofeos de gloria, mucho más si uno sale en ellas. A mí no es que me mate salir en las fotos, me interesa es que las fotos sean bonitas y capturen un punto de vista mío, no que se vea que estuve en tal o tal otro lugar.

Como sé que la gente no quiere creer sino sentir, no quieren arriesgarse sino confiarse, no quieren leer sino ver, he decidido recopilar algunos momentos parar que la imagen hable por sí sola y no tenga que buscar la forma de escribir más. Por lo menos no por ahora.

Una típica comida americana, muchas calorías y poco remordimiento. El lugar se llama Johnny Rockets y visitarlo es un completo viaje a los años 50.

Anakin dio la cara una vez más. Resultó que la voz no era de James Earl Jones sino de un pitico bastante inofensivo.

Le pedí a esta mujer que posara para la foto, como un homenaje a mi mamá y su devoción juvenil por el susodicho.

La Biblia: miles de años haciendo parte de cualquier itinerario de viaje.

Los asiáticos parecen haber nacido con la cámara debajo del brazo. Todos andaban tomándoles fotos a cualquier cosa medio desconocida, tal cual como lo haría un oficinista, tal cual como lo hice yo.

The J. Paul Getty Museum, una joya en todo sentido. Esta es su cafetería.

Es común ver al turista observar todo con actitud reflexiva aunque no tenga ni idea de por qué lo hace. Para la muestra un par de botones.

Al fondo se ve UCLA y en primer plano la parrilla para montar las bicicletas. El sistema de transporte de Los Angeles nos lleva varios años de ventaja y evolución.

"Y el Dios de paz aplastará a Satanás bajo nuestros pies" Romanos 16:20

Las estaciones de Metro Rail suelen estar ambientadas según el sector de la ciudad. Para la muestra, Hollywood Vine Station. 

Don Francisco Ávila construyó una de las primeras casas de El Pueblo de Los Angeles, que ahora es un destino obligado allí. Como buen Ávila, me monto en el bus de la victoria y celebro lo que hizo mi nuevo tatarabuelo.

Los Angeles es una ciudad con inmigrantes de todo tipo, quienes han asentado sus barrios propios donde reviven sus culturas y las siguen impartiendo. Hay Little Tokyo, Koreatown y Chinatown, en donde se tomó esta foto.

Después de toda comida china, la costumbre es recibir la galleta de la fortuna. Este fue mi mensaje, el cual sigo sin entender.

Una flor bonita.  Con el tiempo he ido cayendo en la sensibilidad que tanto reprocho. 

Una calle en Burbank. En toda la ciudad hay palmeras así.

Writer's store, una tienda para escritores en Burbank. De lo mejor que he visitado.

The Griffith Observatory. Con una cúpula gigante y muchas exposiciones, recibe a turistas de todo el mundo a diario.

 En Hollywood se respira amor. Aquí un par de turistas con la ciudad de fondo.

Allá The Griffith Observatory. Aquí ni la fusión entre el Planetario y el Museo de los niños podría siquiera igualarlo.

 Desde el Griffith se puede ver el downtown de Los Angeles, West Hollywood y otras zonas aledañas.

 Esta nota la encontré en el Aeropuerto Internacional de Los Angeles LAX. Casualidades que uno llama.

 Un festival japonés en Little Tokyo.

Lo más importante en las grandes ciudades es el peatón. Cada cruce tiene botones como estos, donde uno puede solicitar el cambio de luz para pasar. Y lo mejor de todo es que los conductores lo respetan.

Diga adiós al chinomático y al satélite. Aquí nadie le roba a uno nada, pues basta con buscar una de estas pilas de parqueo y ubicar el carro al pie.

 El amor está en el aire, y al parecer el desamor viene detrás. 

Hay gente que lo ama, otros que lo detestan. Aquí lo tengo a mis pies.

 El colombiano que reside allá ve esto como un adefesio, los otros latinos lo aman y los gringos nos requisan de más en las aduanas. Todos perdemos. 

Santa Monica Beach.  Locaciones totalmente vendidas.

Santa Monica Pier. Un muelle atiborrado de gente, tiendas y turistas, que no son lo mismo que ser gente.

Allá la plata se va en un abrir y cerrar de ojos. Claro, con cosas como esta uno hasta entiende.

Aquí, despilfarrando los ingresos en un juego invencible.

Esto es una suerte de mercado de las pulgas en Venice Beach.

 Este fue el letrero que pusieron tan pronto llegué.

  Iglesias de todo tipo. Lo que importa es que uno la tenga clara.

En el Metro nadie habla con nadie, nadie quiere intimar. Todos en su rollo y uno con ganas de preguntar cosas.

 Turistas latinos en la entrada de Universal. La foto más cliché después de la de Tiburón.

En la fila de 70 minutos para el tour por Universal Studios Hollywood uno tiene que buscar no aburrirse. Aquí la mano de una francesa que sin saber posó. 

Universal Studios Hollywood y sus ciudades enteras para recrear sets reales.

Desde pequeñitos los entrenan para tomar fotos. Asia, Asia mía.

 Esto pagó la ida y la venida. Adentro es una tienda de souvenires en la cual no compré nada lastimosamente.

 NBCUniversal, Warner Studios, CNN y demás empresas televisivas con locaciones en Los Angeles.

 Aquí mi lado más poético. Puesta de sol sobre Universal Studios Hollywood.

¿No le digo? el turista y su falta de creatividad por delante.

Un carro de tacos en Pasadena. Recomendada el agua de Horchata, una mezcla entre arroz, leche y avena.

 Fillmore Station. 
Hollywood Blvd.


@benditoavila

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